martes, 7 de agosto de 2018

Querido consumidor de leche de vaca ... si, tú que estás leyendo esto y que cada día tomas leche de vaca para desayunar, antes de irte a dormir, se la das a tus hijos con cacao en el desayuno o la merienda... Seguro que estos días te han puesto en alerta una serie de noticias sobre si es buena o mala la leche cruda o, como dicen algunos medios sensacionalistas, si la "leche cruda de vaca mata".

Tal vez nunca antes te había surgido la duda porque hace muchos años que, debido a la comodidad que reporta ir al súper y comprar un brik, casi nadie se había planteado comprar la leche directamente al ganadero, o si se planteaba era algo no permitido por la ley. Y debido a esto no se conoce qué hay que hacer para poder consumir esa leche con garantía para tu salud.

Permíteme, consumidor, que te cuente un poco mi historia para ubicarte: yo nací en una aldea, mis padres tenían una granja de vacas productoras de leche, ya la habían  empezado a crear mis abuelos, incluso mis bisabuelos ya tuvieron alguna res para autoconsumo o para venta de leche, manteca o quesos (¡¡qué diferente era todo en aquellos tiempos!!), es más, mi bisabuelo recogía leche por las casas en un carro tirado por un caballo, la llevaba almacenada en bidones (sin refrigeración), luego la entregaba a la industria ... ya puedes imaginar cómo se conservaba aquella leche en aquellos bidones un día de verano a 30 grados ... lógicamente nada que ver con los tanques de refrigeración de hoy en día, ni nada que ver con los trámites de control de higiene y calidad actuales.

 A lo que iba, como la economía familiar dependía  de la venta de leche, se vendía a una industria láctea, pero como no podía ser de otro modo, siempre se reservaban unos cuantos litros para el consumo familiar diario (todos los días tomábamos leche fresca, recién ordeñada). Yo recuerdo, los fines de semana y vacaciones del colegio,  que me levantaba por la mañana y lo primero que se hacía en casa era hervir la leche para el desayuno. Así nos hemos criado unas cuantas generaciones de la aldea, sin ninguna enfermedad derivada del consumo de leche, con dientes y huesos fuertes, con los catarros habituales del invierno -que precisamente se curaban con leche muy caliente y miel o huevo- (pero no con un exceso de moco derivado del consumo de leche - los catarros empezaban a remitir cuando tu sistema inmune ya estaba fortalecido, con el paso de los años-), no se sabía lo que era una intolerancia alimentaria y mucho menos a la lactosa. Y más te diré, querido consumidor, algunos de mis bisabuelos se murieron tocando los 100 años de edad, habiendo sido una base importante de su alimentación  la leche de vaca “de casa” durante toda su vida.

Por todos estos motivos y muchos otros que me quedarán en el tintero, es que los que nos hemos criado en la aldea, entre animales y tomando todos los días leche de las vacas que había en casa desde bebés, no entendemos el revuelo que se ha formado estos últimos días en torno a la legalización de la venta de leche cruda directamente por el ganadero. 

Si lo único que tienes que hacer, querido consumidor, es hervirla antes de tomarla para que no haya riesgos para tu salud, al igual que lo hemos venido haciendo miles de “aldeanos” de generación en generación. Del mismo modo que tienes que cocinar el pescado para matar el anisakis; o al igual que tienes que extremar la precaución con el huevo en verano para evitar una salmonelosis. Simplemente es conocer las pautas y crear el hábito, del mismo modo que lavas o pelas la fruta antes de comértela (podría mencionar cientos de ejemplos como estos).

Consumidor, no te dejes engañar por las modas, ni por los intereses económicos de las multinacionales, los grandes laboratorios o los intermediarios (quienes tratan de manipularnos como títeres), tú tienes al alcance de la mano alimentos de alta calidad que puedes adquirir directamente de quien los produce, a mejor precio que en el súper, más frescos y conociendo directamente de dónde proceden. Te puedo garantizar que nunca antes en la historia de la producción alimentaria habían estado tan controlados los procesos de producción de los alimentos, incluido el de la leche de vaca, como lo están en la actualidad.

No te pido que me creas, al fin y al cabo no tienes por qué hacerlo, no me conoces de nada, solo te invito a que lo compruebes por ti mismo: en la web del Ministerio de Agricultura y en la de cada uno de los gobiernos autonómicos puedes encontrar la normativa que todo productor tiene que cumplir; también puedes visitar un montón de granjas que hay a lo largo de la geografía española para ver por ti mismo que esa normativa se cumple escrupulosamente so pena de fuertes sanciones para los ganaderos. Lo que no te puedo garantizar es que la industria cumpla escrupulosamente la normativa que le es exigible, pues el productor pierde la pista de su producto una vez que lo entrega a la industria.

Como ves, querido consumidor, no existen motivos para tanta alarma, si la leche cruda matara, como rezan algunos titulares de prensa estos días, la gente de campo nos habríamos extinguido hace siglos.

Fdo.: Una aldeana ... y a mucha honra!